RAZONANDO SOBRE LOS
PRINCIPIOS DE LA EVOLUCIÓN
Desde tiempos
remotos los seres humanos nos hemos preguntado sobre nuestro propio origen y
sobre el origen de los demás seres vivos. Durante siglos, prácticamente todos
los pueblos han elaborado explicaciones mitológicas para dar respuesta a estas
preguntas.
La religión
cristiana atribuye la existencia del mundo y de todos los seres vivos,
incluidos los seres humanos, a un acto de creación divina, que duró siete días.
Durante cientos de
años, este relato fue considerado como una verdad absoluta, y, por tanto,
también lo fue la idea de que los seres vivos habían permanecido fijos,
inmutables, desde su creación. Esta concepción del mundo, se conoce con el nombre
de creacionismo y era la teoría aceptada en Europa hasta inicios el siglo XVIII.
Para los creacionistas,
los fósiles, por ejemplo, no representaban los restos petrificados de
organismos que vivieron en épocas geológicas anteriores sino las caprichosas
formas que en ocasiones tomaban las rocas.
Sin embargo, el
gran desarrollo alcanzado en diversas áreas de la biología y la geología, tales
como la taxonomía, la anatomía comparada y la paleontología, a finales del
siglo XVIII, condujo a los científicos a cuestionar el creacionismo y, en
consecuencia, a buscar una respuesta racional a la pregunta sobre el origen de
los seres vivos.
EL
LAMARCKISMO
Jean Baptiste
Monet, caballero de Lamarck. Ocupó
la cátedra de invertebrados en el Museo de Historia Natural de París. En
1809 publicó su obra Filosofía zoológica en la que expuso, por primera vez en
la historia de la ciencia, una teoría sobre el origen y evolución de los seres
vivos, que más tarde se conoció como lamarckismo.
Lamarck Basaba su
teoría en dos principios fundamentales:
Uso y desuso del
órgano: cuando los seres vivos se
ven obligados por las circunstancias ambientales a usar de forma continua un
órgano, éste se desarrolla y fortifica. En cambio, cuando un órgano deja de ser
útil, se debilita y deteriora.
•Herencia de los
caracteres adquiridos: el desarrollo o
el deterioro de un determinado órgano, es decir, el carácter adquirido por una
generación de individuos, se conserva y es trasmitido a las nuevas
generaciones.
Lamarck utilizó,
entre otros ejemplos, el cuello de las jirafas para explicar su teoría sobre la
evolución.
Los antepasados de
las jirafas debían tener el cuello corto, pero al escasear la vegetación, en
épocas de sequía, tuvieron que estirar el cuello para alcanzar las hojas de los
árboles, esto produjo un alargamiento progresivo del cuello que fue transmitido
a los descendientes. El carácter adquirido por la utilización continúa de un
órgano, el cuello largo, era transmitido a la descendencia.
El lamarckismo fue eclipsado después por el
darwinismo, sin embargo, es justo reconocer que la contribución de Lamarck a la
ciencia fue muy importante ya que la suya fue la primera teoría científica
sobre la evolución que se basaba en la adaptación de los seres vivos al
ambiente.
Los dos grandes
científicos con sus aportes dieron inicio a una nueva teoría: la evolución de
las especies, por sus observaciones, sus conocimientos y sus ideas.
La teoría de la
evolución es un sistema lógico compuesto de observaciones, axiomas y postulados,
así como predicciones y reglas de inferencia que sirven para explicar los
cambios de las especies.
Jean Baptiste
Lamarck, propone los siguientes principios:
- Todos los organismos tienden a la perfección, debido a una fuerza interna o impulso vital.
- Los cambios en el ambiente generan necesidades entre los organismos.
- Estas necesidades hacen que los organismos se vean obligados a utilizar ciertos órganos, los cuales se desarrollan por su uso.
- Frente a los cambios del ambiente, surgen características en los organismos, llamados “caracteres adquiridos”, que se heredan de generación en generación.
Charles Darwin,
propone los siguientes principios:
- Una población de organismos tiene un potencial reproductivo tal que si se expresara en la realidad la población se incrementaría mediante tasas geométricas.
- Durante períodos geológicos cortos, el número de individuos permanece más o menos constante.
- Solo una parte de los nacidos sobrevive hasta reproducirse.
- Las condiciones ambientales de muchos organismos van cambiando a través del tiempo.
- Los individuos de una misma población presentan variaciones en sus caracteres, parte de esta variación es heredable.
- Las actividades vitales determinan qué rasgos son favorables para la supervivencia y la reproducción.
- Los individuos con caracteres favorables producirán en promedio más descendientes que los que presentan rasgos menos favorables.
Actualmente no se
ha puesto en duda la Teoría de la Evolución, pero al no tener las evidencias
concretas, comprobables y medibles sigue manteniéndose como teoría.
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